La segunda sesión de las jornadas ‘China a las puertas. ¿Cómo afecta a las empresas y sociedades europeas la rivalidad entre Estados Unidos y China?’ ha traído a Marola Padín Novas, vicedirectora del IGADI y analista senior del Observatorio de la Política China. En esta sesión, la experta ha señalado que, frente al nombre de las jornadas, “China ya no está a las puertas; China ya está dentro”.

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Padín ha pedido mirar el mapa de China desde una perspectiva china y no eurocéntrica, “también cuando se habla de relaciones internacionales”. Ha aseverado que China se ve a sí misma como “el país del centro” y así ocurre en el resto de países del mundo cuando observan un mapamundi.

Eso se traslada al plano de relaciones internacionales y tiene una importancia sustancial para Padín. También ha resumido la historia de los últimos cien años de China con sus tres personajes principales, los tres decisores: Mao Zedong, Deng Xiaoping y Xi Jinping. En la época de Mao Zedong el país venía de una situación de “completo aislamiento a nivel internacional y con una humillación por parte de las potencias extranjeras”.

“La amenaza china no es real»

La sociedad y el sistema económico estaban muy empobrecidos, la agricultura era el sistema base y aún se conservaba la sociedad feudal. A pesar de ello, ha considerado que Mao “levanta el país con ciertas políticas erróneas, como el gran salto adelante”, pero sí consigue “elevar el espíritu nacional, algo que permanece hasta la actualidad y se ve latente incluso en los discursos actuales”, como en las últimas declaraciones de Xi Jinping, en las que señaló que “China no será humillada por potencias extranjeras”. 

En materia de agenda económica, ha aseverado que en “el crecimiento económico y la estabilidad social van agarrados de la mano y no se sueltan”, también en China, y por ello ha pedido desligar la imagen del país del edificio de la Perla, “que es una mínima parte de China”. Este país, ha resumido, se divide en la zona más al Este, “como en una máquina del tiempo, que te lleva al siglo XXIII”, y a medida que va hacia Occidente, pasa al centro del país, donde se vive en el siglo XX y en el Oeste del país “este se acerca al siglo XIII”.

Esto hace de China un “país de contrastes no solo culturales, sino también geográficos en el que se dan atrasos a todos los niveles, económicos fundamentalmente”. Ante esto, Xi Jinping ha realizado una inversión importante para intentar contrarrestar las diferencias, aunque “muchas veces estas inversiones han sido cuestionadas por su eficacia”. 

Y en materia social, China actualmente tiene más población en centros urbanos que rurales, lo que lleva a unos cambios “en la gestión logística y urbana, así como en el perfil del trabajador” que cambia de una agricultura que “ya no es la base de la economía y una educación que ha sufrido grandes cambios”. 

Por último, ha rechazado la imagen que se vende en medios de comunicación sobre China en los que la señalan como “una amenaza”, una idea que se fundamenta “en un desconocimiento” del terreno. “La amenaza china no es real, y si uno quiere mejorar lo que debe hacer no es pisar, sino ser mejor que el otro”, ha resumido.

Además, para conseguir una cooperación más intensa y de calidad, ha solicitado incrementar las visitas institucionales a alto nivel, revisar la importancia del papel de la paradiplomacia, y mejorar los análisis desde una perspectiva europea y española propia. Además, ha recomendado seguir la actualidad china.

En el enfoque español, ha recomendado utilizar mediadores culturales e intérpretes de lengua española, ya que muchos de los convenios actuales “se hacen con intérpretes chinos con conocimiento de lengua española, pero debería ser al revés” y, por último, ha pedido mejoras en la financiación y métodos de pago, porque esto “favorece al ámbito empresarial y mejorará las relaciones en ambas direcciones China-Europa y Europa-China”.